La Autoestima
«La peor desgracia que le puede suceder a un ser humano es pensar mal de sí mismo». Goethe.
Existen muchas y variadas definiciones de la autoestima pero básicamente se puede definir como la relación que uno desarrolla con uno mismo. Los seres humanos a diferencia de otros animales tenemos la capacidad de establecer una identidad y darle un valor. Esta evaluación puede resultar positiva lo que equivaldría a una buena autoestima o negativa lo que equivaldría a una autoestima débil o dañada.
La autoestima potencia todas nuestras otras habilidades e incluye el auto-concepto, la asertividad, la auto-aceptación, la autorrealización e independencia.
Una buena autoestima nos ayuda a cuidar de nosotros mismos, a controlar nuestros impulsos y emociones, a apreciarnos y valorar a los demás, a expresarnos de manera adecuada con lo que pensamos sentimos y creemos. Además aumenta la confianza en nosotros, nos ayuda a no necesitar constantemente la aprobación de los demás y a aceptar las frustraciones aprendiendo de los fracasos. Estimula la creatividad y nos permite vivir con menos tensiones ya que nos aporta una mejor posición para dominar el estrés haciéndonos más independientes. Por último, nos da una mayor motivación y capacidad para disfrutar la vida.
Por el contrario, las personas que tienen una baja autoestima a menudo se sienten débiles, incapaces de enfrentarse a los retos de la vida. Experimentan sentimientos de soledad, tristeza, impotencia, desesperanza y autodesprecio. Necesitan una constante aprobación del otro ya que su sentido de auto-identidad es pobre y la autocrítica les impide evaluar realistamente sus potencialidades.
Ante una baja autoestima lo primero que evalúa la psicóloga es sí el problema es de tipo situacional o caracterológico, es decir si aparece solo en situaciones específicas o por el contrario el problema está generalizado y tiene su raíz en experiencias tempranas de abuso, maltrato o abandono.
En el tratamiento de la autoestima es fundamental trabajar el auto-concepto, las distorsiones cognitivas, la autocrítica, la aceptación, la autocompasión, el respeto, la confianza en sí mismo y el aprendizaje de ciertas habilidades específicas.
Si queremos aumentar nuestra autoestima debemos ser capaces de evaluarnos positiva y realistamente reconociendo nuestros logros y cualidades. Reforzarnos como un hábito, a diario. Debemos ser capaces de aceptarnos incondicionalmente. Tendremos que aprender una nueva forma de hablarnos con respeto, comprensión y afecto.
A fin de cuentas con la persona que pasamos más tiempo en nuestra vida es con nosotros mismos, vale la pena trabajar para mejorar esa relación.
Aquí os dejo la declaración de Autoestima de Virginia Satir, psicoterapeuta estadounidense y autora de varios libros:
Yo soy yo.
En todo el mundo no existe nadie exactamente igual a mí. Hay personas que tienen aspectos míos, pero ninguna forma el mismo conjunto mío. Por consiguiente, todo lo que sale de mí, es auténticamente mío porque yo sola lo elegí.
Todo lo mío me pertenece, mi cuerpo, todo lo que hace; mi mente con todos mis pensamientos e ideas; mis ojos, incluyendo todas las imágenes que perciben; mis sentimientos, cualesquiera que sean, ira, alegría, frustración y amor, decepción, emoción; mi boca y todas las palabras que de ella salen, refinadas, dulces o cortantes, correctas o incorrectas; mi voz fuerte o suave; y todas mis acciones, sean para otros o para mí.Soy dueña de mis fantasías; mis sueños, mis esperanzas y mis temores.Son míos mis triunfos, y mis éxitos, todos mis fracasos y errores.Puesto que todo lo mío me pertenece, puedo llegar a conocerme íntimamente. Al hacerlo puedo llegar a quererme y sentir amistad hacia todas mis partes.
Puedo hacer factible que todo lo que me concierne funcione para todos mis intereses.Sé que tengo aspectos que me desconciertan y otros que desconozco. Pero mientras yo me estime y me quiera, puedo buscar con valor y optimismo soluciones para las incógnitas e ir descubriéndome más y más.Como quiera que parezca y suene, diga y haga lo que sea, piense y sienta en un momento dado, todo es parte de mí ser.
Esto es real y representa el lugar que ocupo en este momento del tiempo.A la hora de un examen de conciencia, respecto de lo que he dicho y hecho, de lo que he pensado y sentido, algunas cosas resultaran equivocadas. Pero puedo descartar lo inadecuado, conservar lo bueno e inventar algo nuevo que supla a lo descartado.
Puedo ver, oír, sentir, pensar y hacer. Tengo lo medios para sobrevivir, para acercarme a los demás, para ser productivo y para lograr darle sentido y orden al mundo de personas y cosas que me rodean.
Me pertenezco y así puedo estructurarme.
Yo soy yo y estoy bien.
Virginia Satir 1975